Un día Lola, la pastelera, observa que en el obrador le pasan cosas extrañas y se inquieta por qué cree que pueden haber ratones. Pero lo que realmente ocurre es que hay unos duendes, que desde hace muchos años habitan en la pastelería; allí tienen su mundo. duermen trabajan juegan y se divierten.
Después de muchas peripecias la pastelera y los duendes deciden que será mejor no fastidiarse y colaborar juntos en hacer unos pasteles que únicamente se podrán encontrar en la pastelería de Lola, «los pasteles que hacen reír.
Escenas divertidas, musicales, otras más detallistas, la manipulación a vista de los traviesos duendes y la relación que se establece con la pastelera hacen que sea un espectáculo dinámico y atractivo para los más pequeños y los mayores.
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